El deporte

La práctica deportiva de los integrantes de la colectividad, siempre fue incentivada de manera importante.
De tal manera en el contexto del Colegio Argentino Danés se fundó el Club Esperanza, de donde surgieron algunos valores que incursionaron en torneos generales.
El apoyo era generalizado, aunque hubo compromiso y participación de numerosas personas.
Una de ellas fue Jacobo Federico Larsen, casado con Margarita Petersen y quien arrendaba a su suegro una fracción de 1500 hectáreas que denominó La Juanita.
De allí surgió por ejemplo Bent Sunesen que fuera figura en varios conjuntos futbolísticos, especialmente Cascallares en los tiempos más exitosos.
En declaraciones que se reproducen en este trabajo, Sunesen recordaba a los hermanos Mendiberri, Lencinas, etc.
También integró la selección tresarroyense de fútbol.
En las fotos posando con su hermano y el conjunto del Centro Danés, campeón regional en 1954.

Pero además funcionaron en la región varios clubes, la mayoría de los cuales han desaparecido aunque subsiste con importante actividad el Dannevirke de San Cayetano.
Además del Centro Danés de Tres Arroyos funcionaban el Danés, de Aparicio; Unión Danesa, de Orense; el Club Dano de Coronel Dorrego fundado en 1958; y los clubes de Necochea, Colonia Rivadavia y Tandil.
Se incentivaban las competencias de atletismo en todas las especialidades y los encuentros de handball con gran participación, generando no solamente acontecimientos deportivos sino también sociales.
Se realizaban dos fiestas anuales en sedes rotativas y al principio podían participar solamente quienes tuvieran una vinculación concreta con la colectividad danesa.
Con el correr del tiempo esa exigencia se fue diluyendo y en los equipos se comenzó a aceptar la incorporación de hasta dos argentinos o criollos.
También, hubo integrantes de las familias de Ambrosius y Haugaard que practicaron con singular éxito y proyección el polo.
La Poponita era el lugar de juego de los Ambrosius , y los mencionados integraron la representación tresarroyense en torneos de alcance nacional.

Haraldo Kisbye por su parte era un amante de los deportes hípicos.
Además sería extenso y seguramente incompleto mencionar a gran cantidad de daneses que marcaron épocas en competencias diversas en representación de los clubes lugareños.
Varios de ellos practicaban más de un deporte, de modo que recordaré algunos de ellos:
Viggo Ambrosius en basquetbol y otros; Erik Hansen en tenis; en 1939 R. O. Jacobsen registraba un récord regional en lanzamiento de disco, con 35 metros 765 centímetros; en 1942 lo hacían en posta de 4 por cien Aníbal y Eduardo Hansen, J. Madsen, con Gabianetti.
Nicolás Gundesen se destacaba con marcas en 800 metros; Enrique Buus en 200 con vallas y marcaba un record regional en lanzamiento de jabalina con 52 metros y 29 centímetros.
Carlos Brun en salto en alto y participaban en competencias de postas Nicolás y Jorge Gundesen, Arne Rybner con Alfredo Sabatini.
De todos modos, los daneses tuvieron una fuerte predilección por el hándbol y lo practicaban en distintos lugares, incluso en espacios particulares.
Eso llevó a la instalación de un campo de deportes específico que estuvo ubicado en ruta 228 y calle Sebastián Costa, contra las vías del ferrocarril.
Merece una mención especial el deporte practicado por las damas en distintas especialidades.
Por caso el basquetbol, en cuya práctica hubo figuras destacadas, incluso participando en clubes de otros lugares, como Bahía Blanca, por ejemplo.
Una de ellas fue Sara Ullerup.
Y a propósito de esta familia, puede recordarse la triste situación en que Hugo Ullerup sufrió un colapso cardíaco que le provocó la muerte cuando se hallaba disputando una competencia de largo aliento en Necochea.
La familia Thostrup también ha generado aportes importantes. La señora Elvira Rifé de Thostrup fue reconocida por su aporte en el básquetbol, en ocasión de celebrarse el centenario de Club de Pelota.
Su hija Silvia se dedicó a la docencia deportiva, siendo generadora de camadas de gimnastas que han incursionado exitosamente en distintas disciplinas.
Se observa a la familia en una foto de época y con epígrafe en danés.

Club La Esperanza

En el contexto del Colegio Argentino Danés se vivía intensamente la práctica deportiva.
De tal forma que se constituyó el Club Esperanza pero además, en Copetonas se había conformado un equipo de fútbol denominado “La 21”.

Daniela y Mariana

En la década del 80 el atletismo local tuvo como representantes destacadas a dos jóvenes con raíces en la colectividad danesa: Daniela Hansen Krogh y Mariana Albertsen.
Esta última, nacida el 9 de julio de 1971, se constituyó en la atleta más completa de toda la región y como tal integró la selección argentina de atletismo.
Desde sus primeros pasos, la nena cambiaba muñecas por autitos en el campo de su padre y luego en el Colegio Argentino Danés, corriendo y saltando siempre en contacto con la naturaleza, su amiga inseparable.
Un día, cuando tenía 9 años, apareció en el Club Huracán acompañada de su padre y para hablar con el profesor Rubén González.
La rubiecita pecosa no solo quería aprender, sino competir, dando lugar a una relación especial que desembocó en una gran atleta que cosechaba numerosos triunfos.
Logró, entre otros, 11 títulos provinciales; 6 títulos nacionales; récord provincial de lanzamiento de jabalina, en categoría de menores. Lograría títulos en Chile en menores pero ya en categoría juveniles lo haría en Uruguay y Santa Fe representando a la Argentina.
Cuarto lugar en Uruguay contra los más encumbrados de Sudamérica y quinto puesto en el panamericano donde participaron figuras de Cuba, Estados Unidos, Canadá y Brasil entre otras, y en muchos casos compitiendo con atletas que habían participado en Seúl.
Durante cuatro años fue elegida deportista del año, aunque siempre optó por pasar desapercibida, humilde, tímida y aferrada en aquel entonces a sus estudios de agronomía y apegada a estrictos entrenamientos.
Practicaba en una cancha de fútbol y debió competir en heptatlon en cancha sintética, una verdadera paradoja que enfrentaba sin hesitar cuando contaba con 18 años y se hallaba en su esplendor deportivo.
No en vano el recordado periodista deportivo Nelson Mouhapé la definió como “Mariana, la grande”.

 

 

 

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